septiembre 10, 2024
Foto Empresas 503.

El Observatorio Mype, de la Fundación Salvadoreña de Apoyo Integral (FUSAI), presentó el informe “Estado de la MYPE 2024: La Otra Cara de la Economía”, un estudio que arroja luz sobre la situación actual de las micro, pequeñas y medianas empresas (MYPES) en El Salvador. La investigación, lanzada el 29 de agosto por la ESCUELA LID de FUSAI, fue posible gracias al apoyo de la Iniciativa DINAMICA II, una alianza estratégica del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), el Gobierno de Alemania, a través del KFW, y la Unión Europea. También contribuyeron financieramente We Effect, USAID Catalyze WBR, ACTEC, FUSAI e Integral, tu Banca Mype.

El informe destaca la significativa contribución de las microempresas al Producto Interno Bruto (PIB) del país. Entre 2016 y 2023, el aporte promedio de las microempresas al PIB fue del 42.9%, consolidándolas como el principal pilar de la economía salvadoreña. Este dato pone en evidencia la importancia de las MYPES no solo como motor económico, sino también como elemento esencial para el bienestar social: cuando las microempresas prosperan, muchas familias logran salir adelante; cuando enfrentan problemas, el impacto es palpable en toda la nación.

El estudio enfatiza que, pese a su relevancia, las microempresas enfrentan un entorno empresarial desafiante caracterizado por la informalidad, la falta de acceso a financiamiento y las escasas oportunidades para la formalización. Estos factores, combinados con los efectos persistentes de la pandemia, como el sobreendeudamiento y la alta inflación, han creado un panorama complicado para muchas microempresas, especialmente las más pequeñas y vulnerables.

El informe revela que la pandemia de COVID-19 provocó una caída del PIB del 7.9% en 2020 y un aumento de la pobreza en 3.4 puntos porcentuales, lo que afectó gravemente a las microempresas. A pesar de una recuperación económica en 2021, con un crecimiento del 10.3%, las secuelas de la crisis sanitaria y la inflación continuaron perjudicando al sector. Para 2023, la persistente inflación redujo la contribución de las microempresas al PIB al 36.3%, incrementando la pobreza y la desigualdad.

A lo largo de estos años, solo el 25% de los microempresarios ha reportado aumentos consistentes en ventas, empleo e inversión, reflejando que la reactivación económica no ha beneficiado de manera equitativa a todas las MYPES. El informe destaca que muchas microempresas no han logrado adaptarse completamente a las nuevas dinámicas económicas ni aprovechar las oportunidades generadas por sectores en expansión como el turismo y la construcción.

Un hallazgo crucial del informe es que el 76% de las microempresas opera en la informalidad, mientras que solo el 24% cumple parcialmente con las normativas legales. Esta situación las deja en una posición vulnerable, limitando su acceso a beneficios fiscales, financiamiento formal y protección social. El informe advierte que, con las actuales regulaciones, muchos microempresarios de subsistencia y acumulación simple encuentran difícil cumplir con las exigencias legales, ya que sus ingresos apenas cubren los gastos diarios.

El documento sugiere que la informalidad no solo representa un obstáculo para el crecimiento de las MYPES, sino que también perpetúa las condiciones de precariedad económica. Sin mecanismos claros de apoyo y políticas inclusivas, el camino hacia la formalización sigue siendo inalcanzable para la mayoría.

El informe también pone en evidencia la brecha de género que afecta a las microempresarias. Se destaca que el 35.3% de las mujeres propietarias de microempresas son responsables del cuidado familiar, lo cual limita su capacidad para expandir sus negocios y acceder a oportunidades de crecimiento. Además, la mayoría de estas empresarias se concentran en sectores menos rentables, como el comercio de alimentos o la confección, mientras que los hombres tienden a participar en áreas con mayores márgenes de ganancia, como la construcción o la tecnología.

El estudio sugiere la implementación de políticas de apoyo específicas para las mujeres emprendedoras, que incluyan servicios de cuidado infantil, formación en habilidades empresariales y acceso preferencial a financiamiento. Esto podría reducir las brechas de género y permitir que más mujeres accedan a sectores económicos más lucrativos.

Otro aspecto destacado es la importancia de las remesas en el crecimiento de las MYPES. El 44.8% de los empresarios que reciben remesas las utilizan para establecer o fortalecer sus negocios. Esta tendencia indica una oportunidad para fomentar una cultura más productiva del uso de estos recursos, orientándolos hacia la inversión y el fortalecimiento de las capacidades empresariales.

El informe sugiere que, con el apoyo adecuado, las remesas podrían convertirse en un motor clave para la expansión del sector microempresarial. Esto requeriría programas que ayuden a los emprendedores a canalizar estos fondos hacia inversiones sostenibles y la mejora de la competitividad.

FUSAI subraya la urgencia de implementar un Plan de Rescate Integral para las microempresas, especialmente para aquellas que enfrentan graves dificultades financieras. Este plan debería incluir medidas de apoyo directo, como asistencia alimentaria y protección de la canasta básica, así como programas de capacitación y financiamiento asequible. El informe destaca que, sin un apoyo adecuado, muchas microempresas podrían no sobrevivir a los embates de la inflación y la competencia creciente.

Además, se recomienda que el plan incluya incentivos para la formalización, ofreciendo ventajas fiscales y acceso a mercados regulados. Esto no solo ayudaría a las microempresas a crecer, sino que también contribuiría a una mayor estabilidad económica y social en el país.

El informe concluye con un fuerte llamado a repensar el modelo de desarrollo de El Salvador, abogando por la creación de un ecosistema de apoyo que incluya al sector privado, el público, los inversionistas y la banca. La propuesta es desarrollar políticas integrales que fortalezcan a las MYPES y garanticen que los beneficios del crecimiento económico se distribuyan de manera equitativa.

La investigación de FUSAI destaca que fortalecer a las microempresas no es solo una cuestión económica, sino también una responsabilidad social. Las microempresas son la base de la economía salvadoreña y reflejan la resiliencia y el esfuerzo de miles de familias que, a diario, sostienen con su trabajo la dinámica económica del país. El informe invita a los responsables de la formulación de políticas, a los líderes empresariales y a la sociedad en general a unirse en un esfuerzo conjunto para crear un entorno más justo y próspero para todos los salvadoreños, reconociendo el gran potencial de las microempresas cuando reciben el apoyo necesario.

Related Post