marzo 16, 2025

Mientras la economía salvadoreña muestra un crecimiento acelerado en los últimos años, las microempresas están quedando rezagadas en este dinamismo. Así lo señala el informe El Estado de la MYPE 2024 del Observatorio MYPE de la Escuela LID de FUSAI, el cual advierte que la contribución de las microempresas al Producto Interno Bruto (PIB) ha caído del 42% en la última década al 36.3% en 2023.

El informe destaca que, a pesar del crecimiento nominal promedio del PIB de 6.43% entre 2020 y 2023, las microempresas, en su mayoría informales, no están logrando aprovechar las oportunidades de expansión. Entre las principales razones de este declive se encuentran la incapacidad para trasladar el aumento de costos a los precios de sus productos y servicios, la falta de acceso a cadenas de valor y la competencia desigual con pequeñas y medianas empresas mejor preparadas.

Uno de los factores que más afecta la rentabilidad de las microempresas es la inflación, la cual ha reducido sus márgenes de ganancia. El economista William Pleites, director del informe, advierte que «la inflación actúa como un impuesto regresivo que golpea especialmente a las microempresas de menor tamaño».

Para enfrentar este panorama, el Observatorio MYPE apoya la propuesta de la Comisión Nacional de la Micro y Pequeña Empresa (CONAMYPE) de integrar gradualmente a las MYPE en las cadenas de valor, comenzando con la profesionalización de los empresarios y una formalización progresiva que impulse sus ventas y competitividad.

Luis Castillo, director del Observatorio MYPE, enfatiza que «es vital brindar los medios y el apoyo necesarios para que las microempresas puedan participar en estas nuevas cadenas de valor; de otra manera, su situación no cambiará sustancialmente».

A pesar del crecimiento de sectores como el turismo, la inversión inmobiliaria y los servicios, estos no han impactado significativamente al sector MYPE, que representa más del 90% del tejido empresarial del país. Ante ello, se hace urgente una estrategia de integración efectiva.

El informe señala que el presupuesto actual de CONAMYPE de $40 millones es insuficiente para lograr un verdadero impacto en la competitividad de las microempresas. En comparación con otros sectores que reciben transferencias fiscales hasta diez veces mayores, el apoyo financiero al sector MYPE es limitado.

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Además, el estudio resalta la necesidad de un marco institucional moderno que simplifique los procesos para la profesionalización y formalización de las microempresas, permitiéndoles competir en igualdad de condiciones y convertirse en actores clave en las nuevas cadenas de valor emergentes.

Si el objetivo es construir un modelo de desarrollo más inclusivo, donde las microempresas sean un pilar fundamental de la economía, es necesario actuar con rapidez. De lo contrario, el crecimiento económico seguirá beneficiando de manera desigual a los diferentes sectores del país.

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